Cuando nos reímos, parece que todos los problemas y preocupaciones quedan atrás. Y al menos por un instante, esto es así. Se ha comprobado que los pensamientos agradables provocan un mejor ánimo y en consecuencia, aumentan nuestras defensas. En ése sentido, los especialistas creen que la felicidad vendría a ser como las golosinas para el cerebro, algo que hace que nuestra mente se sienta consentida.
Pero qué es lo que ocurre cuando aplicamos el humor en la publicidad, ¿es realmente efectivo?
Por un lado nos encontramos que el humor produce placer en los espectadores, creando simpatía hacia el producto. Al mismo tiempo consigue una mayor atención, y si como añadido, forma parte de una “saga” (serie), asegura el seguimiento por parte del espectador. Proporciona un mayor recuerdo de la marca, llegando incluso a que algunos eslóganes se incorporan a la vida cotidiana. Por último el humor tiene un aspecto seductor: si el espectador piensa que algo le hace reír es porque debe ser bueno.
No obstante el humor en la publicidad acarrea también un riesgo. Un chiste malo reiterado puede ser catastrófico para el producto. El más mínimo exceso puede levantar fuertes protestas; y lo que es peor, si un anuncio es excesivamente gracioso puede llegar a anular al producto.
Entonces, ¿cúando se debe utilizar el humor en una campaña publicitaria?
Nunca se debe utilizar cuando lanzamos un nuevo producto al mercado, porque entonces lo que se consigue es que la atención del espectador se distraiga del mensaje que enviamos. En cambio si el producto tiene una evaluación positiva previa en el espectador, es más que aconsejable utilizar el humor ya que refuerza las actitudes positivas hacia éste. Debido a esto grandes marcas consolidadas en nuestro mercado tales como: Coca-Cola, Axe, Heineken, echan mano del humor.
A mi personalmente, encontrarme con un anuncio que consigue sacarme una sonrisa, aún dependiendo del desastroso día que haya tenido, hace que no solo recuerde la marca que se me anuncia, sino que la asocie con ese momento de felicidad. Nos puede parecer que hacer un spot publicitario gracioso es algo fácil, pero nada más lejos de la realidad. Poder alcanzar la sutileza suficiente para anunciar un producto sin resultar grotescos es un trabajo que solo los grandes creativos consiguen relizar.
He aquí un buen ejemplo. En el año 2009 la compañía estadounidense Ameriquest Mortgage Company, realizó una grandiosa campaña publicitaria bajo el slogan Don´t Judge too quick (no juzgues precipitadamente). Una serie de 5 spots que no tienen desperdicio. Espero que los disfruteis.